martes, 20 de marzo de 2012

VIDAS COMPARTIDAS

Es inevitable escuchar los sonidos de la vida de tus vecinos cuando vives en una corrala. Todo es público. No hay secretos. Esto si es la vida en directo y no los programas preparados de la tele. 

Yo soy un gran escuchador de la vida de los otros. No por cotilleo, si no por curiosidad, por pasatiempo. Es como ir al teatro. Por unos minutos cambias tu vida por la de los otros. En cuestión de tres voces y cuatro ruidos,  pasas de ser padre de dos hijos a los que abroncas a jubilada viuda contando tus males a la portera. De joven artista gafapasta con la música a todo volumen a adolescente  son padres que lleva a su novieta a casa. De esposa triste madura que habla con la tv a la esposa alegre y guapa que se entretiene a hablar con todos en la escalera. 

Al final mi vida se convierte en varias vidas. Yo tengo varias vidas, varias familias varias personalidades. Y a su vez, quiero pensar, que mi vida se convierte en la vida de otros. Que al igual que yo envidio algunos retazos de sus vidas ellos quieren parte de la mía.  

Termino mezclando las cosas que me han pasado en mi vida con las que viven otros y llega un punto en que no se cual de todas es mi vida. Aunque lo que yo siento es que de verdad todas son mis vidas y cuando estamos cansados de vivir la nuestra nos las prestamos para poder airearnos un poco, como cuando sales al bar a tomarte una cerveza.

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